N. 6 – 2007 – In
Memoriam//Juan-Miquel
Juan Miquel, In memoriam
José
Luis Linares Pineda.
Catedrático de Derecho Romano.
Universidad de Girona
Encarnación Ricart Martí. Catedrática de Derecho Romano.
Universidad Rovira y Virgili de Tarragona
Mª
Victoria Sansón
Rodríguez. Catedrática de Derecho Romano.
Universidad
de La Laguna
Carmen
Tort-Martorell
Llabrés. Profesora Titular de
Derecho Romano.
Universidad
Autónoma de Barcelona
Es imposible no echar de menos la
presencia de Juan Miquel cuando uno ha contado con el privilegio de ser alumno,
compañero, amigo, familiar o discípulo suyo. Y la prueba de que
este es un sentimiento generalizado es la reacción que ha provocado su
repentino e inesperado fallecimiento, en todas las personas que le
querían y admiraban, y han podido manifestar su pena individualmente a
su mujer, hijos, hermanos y allegados, o públicamente en actos o en
medios de comunicación de una forma tan entrañable.
Juan Miquel tenía muchas cualidades,
pero de entre todas ellas reunía tres características
extraordinarias que hacían de él una personalidad única en
la Universidad española: su genialidad, su originalidad y su
inteligencia.
En primer lugar, Juan Miquel era
genial; a su enorme formación unía tal vivacidad en la
exposición y resolución de problemas, que lograba hacer de una
materia árida un festín de colores y de sones. Porque todo lo que
escribía, pero también las cosas que contaba, iban
acompañadas de ritmo, quizás el mismo ritmo que él
descubrió en textos del Digesto y que él explicaba en su libro Aenigma sobre la lingüística
estoica.
Era, además, sorprendente,
porque cada exposición, cada artículo, guardaba una sorpresa y,
así, lograba que todo fuera un juego, incluso los asuntos más
cotidianos de la vida. Esto hacía que las cosas que uno nunca hubiera
podido imaginar fueran divertidas, pero claro, además de divertidas eran
interesantes.
E inteligente, pues
conseguía reducir todo a lo más sencillo, a lo más
explicable, pero para lograrlo lo tenía que destripar previamente y
luego armar todas las piezas…, y lo lograba. Una muestra concreta de esta
facultad de Juan Miquel se puede observar en su libro Quaestiones, Docencia del Derecho a través del casuismo romano,
un manual de casos prácticos sobre Derechos reales en el que se exponen
razonadamente las soluciones a diferentes supuestos prácticos
extraídos de las fuentes jurídicas romanas. El libro contiene la exposición
de cada caso práctico, las preguntas que éste plantea y las
posibles respuestas a esas preguntas. Siguiendo el orden de cada pregunta, uno
se enfrenta a la necesidad de escoger entre las varias respuestas que se
ofrecen. Una vez escogida una respuesta por el lector, y dependiendo de
cuál sea ésta, el manual matizadamente le dice si es correcta o
incorrecta o, mejor, cuánto de correcto o incorrecto tiene la respuesta,
y así el lector puede corregir el error o confirmar el acierto. Una vez
ha hecho esto, ya se puede pasar a la pregunta siguiente. Un rompecabezas muy bien
construido.
Sorprendente fue su trabajo sobre
la ‘iusta causa traditionis y
la iusta causa usucapionis en las
Instituciones de Gayo’, publicado en 1978 en donde él desarrolló los
árboles lógicos.
Enganchaba como si se tratara del cubo mágico, porque en el fondo
era ‘el juego’. Un trabajo expuesto de una forma tan admirable y
tan escueta que parecía a primera vista impensable todo lo que de
él se podía sacar, y
se podrá extraer también en el futuro, porque es como una semilla
que germina, crece y da sus frutos, una y otra vez , como el árbol que
es. Un ejemplo, aunque hay otros, se puede comprobar leyendo otro
artículo de Juan Miquel muy posterior y relativamente reciente,
publicado en el año 2002 (“Savigny
y el nacimiento del contrato real abstracto: historia del texto e historia de
las estructuras dogmáticas”, en estudios homenaje en honor al
profesor Luis Diez-Picazo, V.4, Madrid 2002), en donde nuestro querido profesor
desvela la causa que llevó a Savigny a formular la teoría de
contrato real abstracto (un texto truncado que no pudo leer completo el genial
maestro), una teoría que tanta trascendencia ha tenido en Alemania.
La originalidad, lucidez y gran
capacidad de análisis del profesor Juan Miquel se ha manifestado en sus trabajos
de variada temática; trabajos sobre critica textual en fuentes
jurídicas, sobre lógica estoica en los juristas romanos, sobre
Derecho patrimonial romano y moderno, sobre Derecho de familia desde la
perspectiva del Derecho comparado, pero también su buen hacer se ha revelado
en sus manuales de Historia y de Instituciones de Derecho romano, sin olvidar
la enorme actualidad que tuvo en su momento alguno de sus trabajos de
investigación histórica, como su magnífico libro sobre el
problema de la Sucesión de Augusto.
Hemos contado con el privilegio de poder
escuchar de viva voz sus enseñanzas, experiencias, anécdotas y
proyectos pasados y presentes, y
nadie como él podía despertar y mantener el interés
de quien le escuchaba. A sus alumnos y discípulos lograba entusiasmarnos,
no sólo llegábamos a casa con cosas aprendidas y transmitidas por
él, sino que había logrado estimular ideas y proyectos nuevos. El
contacto con él era enriquecedor y le hinchaba a uno el corazón.
En nuestra alma permanecerá siempre y en sus libros eternamente.