Fallece el catedrático de Derecho
Romano Noticias la Universidad de Navarra 06/02/04 |
Hijo de Eugenio d'Ors, era una figura reconocida en el mundo jurídico internacional
Álvaro d'Ors, catedrático de Derecho Romano y profesor honorario de la Universidad de Navarra, falleció el 1 de febrero en la Clínica Universitaria a los 88 años después de una larga enfermedad. Nació el 14 de abril de 1915, como tercer hijo de Eugenio d'Ors Rovira y María Pérez-Peix, en Barcelona, donde vivió hasta 1922. Por su obstinada resistencia a frecuentar la escuela, no empezó sus estudios regulares hasta los ocho años (cuando la familia vive ya en Madrid), en el Instituto Escuela, donde, tras dos años de preparatorio, cursó el Bachillerato entre 1925 y 1932. Hubo de ser su madre quien le enseñara a leer y escribir cuando tenía ya seis años. Al período de juventud corresponden los viajes familiares por toda Europa, que le habían de facilitar en su madurez las relaciones académicas internacionales. Su inclinación hacia las Letras se manifestó desde los primeros años de estudio. Sin embargo, d'Ors solía decir que, para su formación intelectual, aparte del trabajo de traducción, lo más decisivo fue el aprendizaje de la cerámica, dibujar mapas y coleccionar insectos. En las vacaciones estivales de 1931, estuvo en Londres practicando la lengua inglesa. Sus visitas diarias al Museo Británico le "convirtieron" al mundo clásico. Durante el último curso de Bachillerato, según contaba, sólo estudió Griego y Latín.
Más de 60 años de actividad docente Comenzada la carrera de Derecho en el curso 1932-33, su interés por el mundo clásico le llevó a intensificar el estudio del Derecho Romano. Animado por el catedrático José Castillejo explicó desde el año 1934-35 un curso libre sobre partes del programa de la asignatura. Así pues, su ininterrumpida actividad docente se inició hace ya más de sesenta años. Empezó a trabajar entonces en el Centro de Estudios Históricos, donde el profesor italiano Giuliano Bonfante se había encargado de promover los estudios clásicos. Tras la guerra civil, en el mismo año 1939, asumió parte de la docencia en la Universidad Central, de cuya cátedra de Derecho Romano se encargaba el profesor Ursicino Álvarez, excedente de Murcia. En 1940, se trasladó a Roma para ampliar estudios de Derecho Romano bajo la dirección de Emilio Albertario. Allí elaboró una gran parte de su tesis doctoral sobre la Constitutio Antoniniana, que fue leída en Madrid, en 1941, y galardonada con el Premio Extraordinario de Doctorado. Durante esos años de docencia en Madrid, trabajó asiduamente en el Instituto Nebrija de Estudios Clásicos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y concretamente en la redacción de la revista Emerita, en cuyo Consejo de dirección sigue figurando. En estos años, y estimulado por el tema de su tesis doctoral, se dedicó con interés a la Papirología, en la que es reconocido como precursor dentro del ámbito español. La ocasión de poder estudiar y publicar los nuevos fragmentos de El Rubio, de la ley colonial de Osuna, le adentró en el campo de la Epigrafía, en el que goza de gran prestigio internacional. Asimismo, trabajaba en el Instituto Nacional de Estudios Jurídicos, y especialmente en la redacción del Anuario de Historia del Derecho Español, de cuyo Consejo directivo formó parte hasta 1984. Ha sido miembro también de los Consejos de redacción de la revista italiana IVRA, de la belga Revue Internationale des Droits de l'Antiquité y de la chilena Revista de Estudios histórico-jurídicos. Premio Nacional de Literatura en 1954 En diciembre de 1943, ganó por oposición la cátedra de Derecho Romano de Granada, pero, ya en el verano de 1944, se trasladó por permuta a la de Santiago de Compostela. Allí contrajo matrimonio con Palmira Lois, en 1945, del que nacieron once hijos. A los cursos ordinarios de Derecho Romano se unieron, de 1947 a 1952, los de una de las cátedras de Derecho Civil, y en los dos cursos siguientes los de la cátedra de Historia del Derecho. En 1954, recibió el premio Nacional de Literatura, por su obra De la guerra y de la paz. Desde Santiago, acudió regularmente, hasta 1948, a la Universidad de Coimbra, para impartir allí seminarios romanísticos, con el fin de suscitar la vocación de un romanista que la Facultad de Derecho de Coimbra deseaba conseguir. Ésta fue, en efecto, la de su discípulo Sebastián Cruz, luego catedrático de Derecho Romano en aquella Facultad. Esta reiterada colaboración con la Universidad portuguesa culminó años más tarde con el doctorado honoris causa (1983), poco después de que igual distinción le hubiera sido concedida por la Universidad de Toulouse (1972). En 1996 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Roma-La Sapienza.
La mencionada docencia en Historia del Derecho le impulsó al estudio de las fuentes jurídicas visigodas, que concluyó, en 1960, con su libro sobre El Código de Eurico. Desde 1953 que se creó el Istituto Giuridico Spagnolo, en la Delegación romana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, fue encargado de su dirección. Durante los veinte años que retuvo este encargo, sin dejar su cátedra, viajaba con regularidad a Roma con el fin de atender la supervisión de los trabajos que allí hacían los pensionados. Con este motivo, se intensificaron también sus relaciones con los romanistas italianos, que habían empezado ya el año 1940, cuando él había sido pensionado en Roma. A esta época corresponde el aumento de su colaboración en la revista Studia et Documenta Historiae et Iuris, especialmente por la crónica de Epigrafía jurídica griega y romana que, durante estos veinte años, escribía trienalmente en esa publicación. Por el Instituto Jurídico Español pasaron como becarios muchos jóvenes juristas españoles, buena parte de los cuales fueron accediendo después a cátedras de las más variadas especialidades jurídicas. Medalla de Oro de la Universidad de Navarra En el curso 1961-62 comenzó su labor docente en la Universidad de Navarra, en la que continuó como profesor honorario tras su jubilación oficial en 1985. Hombre de profundas creencias religiosas, se incorporó al Opus Dei en 1949. Durante los diez primeros años en Pamplona estuvo encargado de la organización de las nuevas Bibliotecas de esta Universidad, culminando así lo que había sido un quehacer constante de toda su vida académica. A esta época corresponde su conocida teoría del creditum, el desarrollo de sus investigaciones en el campo de la filosofía social, que culminan con la teoría de la auctoritas, así como sus más fecundas aportaciones en el campo del Derecho Romano, del Canónico, de la Epigrafía o de la Metodología jurídica. Durante los años previos a la promulgación de la Compilación del Derecho Civil Foral de Navarra de 1973, intervino muy activamente en las labores legislativas.
Sus servicios como universitario fueron oficialmente reconocidos con el Premio Nacional de Investigación (1972); la Cruz de Alfonso X el Sabio al mérito docente (1974), la Medalla de Oro de la Universidad de Navarra (1990), el Premio de Humanidades y Ciencias Sociales de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza (1996); la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort (1998) y el Premio Príncipe de Viana de la Cultura (1999). Era miembro ordinario del Instituto Arqueológico alemán; miembro correspondiente de la Sociedad de Estudios Romanos; miembro también correspondiente de la Real Academia Gallega; miembro de la Academia de Legislación de Toulouse; de la Academia Portuguesa de Historia, del Instituto Lombardo de Milán; de la Société d'Histoire du Droit de París, y de la Sociedad Argentina de Derecho Romano. Entre sus discípulos, cabe mencionar a los siguientes catedráticos españoles de Derecho Romano: Pablo Fuenteseca (Universidad Autónoma de Madrid, jubilado); Manuel Jesús García Garrido (Universidad Nacional de Educación a distancia); Jesús Burillo (Universidad de Murcia); Emilio Valiño (Universidad de Valencia); Alejandrino Fernández Barreiro (Universidad de Coruña); Javier d'Ors (Universidad de Santiago de Compostela); Teresa Giménez Candela (Universidad Autónoma de Barcelona); Fernando Betancourt (Universidad de Sevilla); Rafael Domingo (Universidad de Navarra). Entre los catedráticos extranjeros discípulos de d'Ors, se encuentran los chilenos Francisco Samper y Alejandro Guzmán, el portugués Sebastiâo Cruz (1918-1996) y el japonés Nobuo Hayashi. Algunas de sus principales publicacione
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