JUAN DE CHURRUCA, IN MEMORIAM
Rosa Mentxaka, Esperanza Osaba
y José Ángel Tamayo
Juan de Churruca (27 de enero de
1923) ha muerto en Bilbao el pasado día 27 de octubre a la edad de 88
años. A las personas que lean estas líneas, el nombre del
profesor Juan de Churruca les resultará familiar por su actividad como
romanista. Su formación fue sólida e interdisciplinar.
Efectuó estudios de Filología clásica (Loyola y Salamanca:
1942-1945) y se licenció en Filosofía en Oña (1948), en
Teología en Oña e Innsbruck (1956) y en Derecho en Valladolid
(1951). Su especialización como romanista se fraguó en Graz y
Bonn.
Al ser nombrado Rector de la
Universidad de Deusto en el año 1961 se dedicó con ahínco
a trabajar por el reconocimiento de los estudios de la Universidad de la
Iglesia, dado que los alumnos debían trasladarse a Valladolid a revalidarlos.
Su tesón fructificó y la promoción del curso 1963-1964 fue
la primera en licenciarse con el citado reconocimiento. Conseguido su objetivo
y ya sin cargo académico alguno, a partir del año 1963 se
dedicó a la docencia e investigación de Derecho Romano. A lo
largo de su vida han visto la luz de su mano más de 60 publicaciones
referidas a la especialidad si bien las relaciones entre el cristianismo y el
mundo romano constituían su principal interés y han quedado
recogidas en dos volúmenes específicos (1.- Cristianismo y mundo romano. Colección de artículos
sobre este tema publicados por J. de Churruca, Universidad de Deusto, Bilbao
1998 y 2.- Cristianismo y mundo romano.
Nuevos estudios. Fundación Seminario de Derecho Romano Ursicino
Álvarez. Marcial Pons, Madrid, Barcelona, Buenos Aires 2009).
Pero esta breve reseña
sería muy incompleta e injusta con el querido maestro, si en calidad de
discípulos que hemos tenido la fortuna de formarnos con él en el
muy noble oficio universitario no glosaramos brevemente su persona. Se nos va a
permitir el empleo de dos términos para, de manera sucinta, enmarcar las
características personales del maestro, del colega, del amigo: libertas y humanitas. Una libertas
concebida como un actuar responsable y coherente a lo largo de toda una vida,
en ocasiones muy compleja y difícil, en una sociedad cambiante y
pragmática que, en general, no facilita su ejercicio. Una humanitas ejercida cada día como,
respeto absoluto a las personas con las que se convive, sean familia o amigos,
a los colegas de los que se discrepa, a los alumnos a los que se forma, a los
colaboradores con los que se trabaja. Y este hacer cotidiano desarrollado
también con fina ironía que ha marcado su trayectoria vital lo ha
desarrollado, en su mayor parte, a lo largo de un siglo XX convulso, inserto en
una sociedad atravesada por guerras, desigualdades, confrontaciones y crisis,
una sociedad, en el fondo, no muy alejada de aquella del mundo clásico,
de su complejidad y pluralidad, que él tan bien conocía.
Por todo ello, rendimos homenaje al
maestro, que en su especialidad ha sido capaz de crear una obra
científica internacional de reconocido prestigio, una obra
interdisciplinar a caballo entre la filología, la teología, la
historia antigua y el derecho, y que, publicada en euskara, francés,
alemán o castellano, constituye un ejemplo y una referencia para los que
intentamos seguir sus pasos. Pero, para nosotros sus discípulos de la
UPV/EHU que él, con su sentido de servicio al País
–-manifestado también en la asunción de la cartera de
Educación en el Gobierno Vasco entre los años 1985 a 1987--, con
su generosidad, con su dedicación y trabajo ha formado
científicamente, el verdadero maestro es, además, aquél que
se ha convertido en un ejemplo de vida, aquél que, sin querer
enseñar, enseña a huir de la prepotencia y arrogancia pese a ser
brillante y erudito, a trabajar con esfuerzo, seriedad y rigor, a actuar con
sencillez y equilibrio, a comprometerse con su medio con generosidad.
Juan de Churruca nos ha dejado,
pero no sólo su trabajo científico sino su ejemplo de vida
permanece con nosotros; su humanitas
y libertas constituyen una asidero
imprescindible para todas aquellas personas que hemos tenido el privilegio de
formarnos con él. Sirvan estas breves líneas para mostrar nuestro
agradecimiento, respeto y merecido homenaje. Eskerrik asko bihotz bihotzetik.